martes, 25 de septiembre de 2012

Aquella tarde de verano.

Ella levantó la vista, aun se sentía confundida, él estaba allí, junto a ella, observándola, riéndose, hablando... Se le mezclaban las palabras y le costaba algo hablar espontáneamente, pero ¿ que podía hacerle? Los nervios la traicionaban, y es que se había imaginado tantas veces esa situación que ahora no podía creerse que estuviera ocurriendo.Él deambuló sus ojos por todo lo que se extendía a su alrededor, y se paró en ella, al menos un segundo fue suficiente para que sus miradas se encontraran y antes de poder reaccionar sus labios ya estaban juntos.

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